Una maravilla, un sitio precioso. Vistas increíbles, un entorno idílico, zona para pasear y una Iglesia digna de admirar. Y la puesta de sol es estupenda. Lo único malo puede ser que no es plano por lo que debes poner calzos pero estuvimos solas y pudimos buscar el mejor lugar. Caminantes y paisanos durante el día, todos muy respetuosos.