Hemos pasado un sábado noche muy tranquilo con unas vistas espectaculares al despertar. Pequeño pueblo acogedor con su castillo y un buen restaurante en la carretera “La Panadería “. Raciones muy copiosas y a muy buen precio. Repetimos para el desayuno ya que abren a las 7 de la mañana. Sin embargo no hay servicios de agua ni vaciado.