Un sitio sorprendentemente tranquilo para pasar la noche. En el inmenso terreno hay espacio para decenas de camiones pero solo había unos 5 y no molestaron nada. Aparcamos en el rincón al fondo para estar más recogidos y no molestar las maniobras de los camiones. Hay contenedores de basura y de reciclaje detrás del restaurante, por lo demás sin servicios. Unos 20 minutos andando al pueblo.